Análisis de la situación
Estamos en un momento
crítico para la
Sanidad Pública en España. Quienes luchamos en su defensa
tenemos que hacer algunas reflexiones para poder afrontarla con éxito, para
ello conviene caracterizar la situación actual, tener en cuenta las tendencias
de desarrollo del Sistema Nacional de Salud (SNS), caracterizar los principales
problemas y elaborar unas tácticas que nos permitan tener una probabilidad
razonable de éxito en nuestro trabajo
Tendencias históricas del SNS
Aunque el ruido mediático y
el desconocimiento de nuestra historia favorecen en parte la falta de
comprensión de las políticas actuales, conviene recordar algunas cuestiones:
- En los años 80 se produce un gran desarrollo del SNS,
que se caracteriza por la aprobación de la
Ley General de Sanidad (LGS), con la asunción
de un modelo similar al de los servicios nacionales de salud, que va ampliando
su cobertura poblacional (aunque paulatinamente y manteniendo algunos espacios
de no cobertura y/o cobertura diferenciada y que no se finalizo hasta la
Ley General de Salud Pública de 2011), el
desarrollo de la Atención Primaria
y de una amplia red hospitalaria que cubría prácticamente todo el territorio.
- En los 90 empiezan a producirse, al rebufo de las
reformas de Thatcher en el NHS, las primeras propuestas privatizadoras de
envergadura (la Ley
de Ordenación Sanitaria de Cataluña en 1990 y el Informe Abril en 1991)
- En 1995 en el Pacto de Toledo se desvincula la
financiación sanitaria de la Seguridad
Social, con lo que se potencia la atención sanitaria como
derecho ciudadano
- En la segunda parte de los 90 comienzan a
desarrollarse los primeros pasos en los que se basaría después la
privatización. Es el momento de la amplia teorización de la gestión privada y
de la empresarización de los centros públicos y de la conveniencia de la
instauración de un mercado sanitario (cuyo primer paso fue la separación,
inicialmente virtual, de la financiación y la provisión). En este entorno se
pondrían en funcionamiento las fundaciones sanitarias, las empresas públicas,
las EBAs, las concesiones administrativas, y sus correlatos legislativos
(RD10/96 y Ley 15/97).
- En el año 2001 finalizan las transferencias a las
CCAA, con la consiguiente descentralización de los servicios sanitarios,
momento en el que se acaban de aprobar las leyes de ordenación sanitaria que,
en lo general, facilitaban los aspectos de desregulación y privatización antes
señalados.
Problemas
de fondo
En medio de este proceso el
SNS ha arrastrado una serie de problemas de fondo que influyen de manera
importante en el desarrollo del sistema sanitario. Los más relevantes serían:
- Ineficiente gestión de los recursos, como consecuencia de una
ausencia de política de personal, la incoordinación entre servicios, niveles
asistenciales y de estos con los recursos de salud pública y la colusión de
intereses de los profesionales entre el sector público y el privado.
- Sobreutilización tecnológica, vinculada a la lucha de
poder entre servicios, al poder de influencia de la industria y a la
super-especialización de la atención
- Utilización inapropiada de la
prestación farmacéutica, con un uso excesivo y muchas veces inapropiado, que
esta en gran parte vinculado a la capacidad de la industria farmacéutica para
controlar y/o influir en la formación e investigación médica
- Gerencialismo: el SNS nunca contemplo en
la practica mecanismos reales de participación y control de ciudadanos y
profesionales
- Abandono del modelo de Salud Pública que en la práctica, no
tanto en la teoría, ha derivado en un modelo fundamentalmente asistencial.
El momento
actual
En este momento estamos
viviendo una especial contrarreforma sanitaria que se caracteriza por:
- Potente ofensiva privatizadora, se ha pasado e una
privatización “a paso de tortuga” que caracterizaba el periodo
anterior a grandes operaciones extensivas cuyo mejor ejemplo es el denominado
“plan de sostenibilidad” de la Comunidad de Madrid.
- Cambio del modelo sanitario que pasa de ser un modelo
basado en el derecho de la ciudadanía a un modelo que pivota sobre el
aseguramiento
- Copagos generalizados y reducción de la cartera
básica (aun por desarrollar en concreto)
- Y por supuesto, persistencia
de los 5 problemas de fondo antes señalados que lejos de mejorar se
han ido agravando
ALGUNAS
CONSIDERACIONES SOBRE ESTRATEGIA
¿Que hay que hacer en esta
coyuntura?. Por supuesto lo primero y fundamental es parar la ofensiva privatizadora, porque cada avance que dan es
un paso mas hacia el abismo y porque cuanto mas retrocedamos mas difícil será
recuperar el terreno perdido. Como ya se ha señalado a medida que se acercan
los calendarios electorales (recuérdese: 2014 europeas, mayo 2015 autonómicas y
municipales, noviembre 2015 generales) cada vez tendrán menor margen de
maniobra y mas complicado les resultara metabolizar las movilizaciones, o sea
que el tiempo ahora juega a nuestro favor. Por eso hay que responde a cada caso
concreto y en cada sitio donde se plantee una iniciativa de privatización y hay
que desenmascarar a sus aliados.
Para lograrlo con una
probabilidad razonable de éxito se necesita propiciar
movilizaciones que siguiendo la experiencia de Madrid sean:
- Masivas
- Unitarias
- Sostenibles
- Integradoras
- Imaginativas
- Mediáticas
- Construidas sobre una alianza social y profesional
Hay que
buscar la hegemonía ideológica de
la importancia de la
Sanidad Pública y del carácter lesivo para la salud y para
los intereses de la mayoría de las privatizaciones. Esta hegemonía parece
haberse logrado de momento, pero es evidente que existe una estrategia para
contrarrestarla con la connivencia de los colegios y algunos sectores
profesionales (léase “foros profesionales” o fundaciones
dependientes de la industria y las grandes empresas). De momento no han tenido
mucho éxito pero pueden ser utilizadas para fraccionar e
Evidentemente
estos apoyos al Gobierno (central y de algunas autonomías) están generando
grandes contradicciones y fracturas en organizaciones corporativas que rechazan
unos cambios que contribuirán a deteriorar, aún más la situación de los
profesionales como los recortes de plantillas, las reducciones salariales, la
pérdida de derechos laborales, y su sometimiento a empresas gestionadas por
fondos de capital riesgo multinacionales , centradas en conseguir los máximos
beneficios empresariales a costa del deterioro de la práctica profesional y de
la asistencia a los pacientes.
Al mismo
tiempo la población, especialmente los grupos sociales más afectados por los
recortes y copagos, que empiezan a ser mayoritarios por la reducciones
salariales, despidos, reducciones de pensiones paro prolongado o colapso de la
economía, está sufriendo las consecuencias de esta política.
Ambas
cuestiones deberán orientar nuestras propuestas y actuaciones a corto y medio
plazo, potenciando Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública,
y que a su vez se articulen con otros colectivos sociales y profesionales cada
vez más amplios, siguiendo un modelo de grandes redes en torno a objetivos
específicos, claros y consensuados, en defensa del sistema público y de los
derechos de los ciudadanos y profesionales sanitarios amenazados por la
privatización.
Es muy
importante comprender que para detener de una manera efectiva las
privatizaciones es indispensable el cambio
político en las administraciones, centrales y autonómicas, y que sin
ello no es posible una victoria en este terreno. También hay que ser
conscientes de que se trata de una condición necesaria, pero no suficiente,
porque luego hay que garantizar que los nuevos gobernantes paralicen la
situación e inicien la recuperación de lo privatizado, por eso es muy
importante comprometer a las posibles alternativas políticas en un Acuerdo por la Salud que suponga al menos una
garantía teórica, y en parte práctica, de que se va a avanzar en el sentido que
proponemos.
Evidentemente
hay que seguir trabajando sobre los 5 temas de fondo, pero asignándoles el
papel real que tienen en este momento. Es preciso centrarse sobre las contradicciones principales (las
privatizaciones, los copagos y el cambio del modelo), pero sin olvidar las
secundarias en el discurso de fondo.
¿Cuál debe ser nuestra táctica?
En primer
lugar detener la ofensiva privatizadora, tarea
tan difícil como prioritaria, pero en la que cualquier victoria, por pequeña
que sea, es importante
Después acumular fuerzas, a nivel profesional /
sectorial, políticas, sindicales y sociales, porque ello es indispensable para
poder, en un segundo momento, pasar a la
ofensiva.
En este
entorno hay que tener claro cuales son nuestros objetivos estratégicos. Queremos un SNS que:
- Sitúe la
Salud como un objetivo prioritario
- Tenga una financiación suficiente y con carácter
finalista
- Utilice los recursos tecnológicos y humanos de manera
racional y basándose en la evidencia.
- Participativo y con un amplio control social y
profesional
- Planificado y coherente, asegurando la cohesión y la
equidad entre poblaciones y territorios
- Tenga titularidad, provisión y gestión pública
- Basado en la Atención Primaria
de Salud
Estamos en un momento
crítico para la Sanidad Pública
en nuestro país. Si prospera la contrarreforma se producirá una regresión de
más de 40 años en nuestro sistema sanitario y consecuentemente un retroceso en
las condiciones de salud de la población. El evitarlo es nuestra tarea
principal.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
Noviembre de 2013